La piel es el órgano más grande y más expuesto que tenemos, y funciona como una barrera de protección de innumerables agentes externos; es como un filtro que selecciona lo que es bueno o malo para nuestro cuerpo. Nunca deja de producir células nuevas, las cuales se regeneran continuamente en la capa de más profunda de la piel y viajan hacia la superficie para reemplazar células viejas, sin embargo mientras más edad este proceso se vuelve más lento.

Con el paso del tiempo la piel se hace más fina y seca, como resultado de la ruptura de las fibras de colágeno. Pierde elasticidad y se hace más frágil, especialmente si ha sido expuesta a demasiado sol, se vuelve el cutis opaco y las imperfecciones y muchos otros signos de envejecimiento, como manchas y arrugas aparecen.

Por eso, brindarle un debido cuidado y protección resulta necesario a la hora de evitar diferentes trastornos. El cuidado integral, es esencial para lucir una piel sana y saludable a lo largo de nuestra vida, sin embargo la limpieza facial y humectación a diario ya no son suficientes; la nutrición, buen descanso y hacer ejercicios son también factores importantes.

Consejos importantes para cumplir con este cuidado son:

• Nutre tu piel con productos ricos en antioxidantes, vitaminas y minerales, éstos favorecen la eliminación de radicales libres causados por el estrés, la polución y los rayos ultravioleta.
• Al exfoliar se eliminan las células muertas permitiendo una piel libre de todo tipo de impurezas.
• Evita exponerte muchas horas al sol. La protección solar durante la mañana y la tarde ayuda a evitar graves enfermedades tal como el cáncer a la piel y evitar la aparición de arrugas.
• Duerme al menos 7 horas al día. Beber dos litros de agua al día ayudarán a mantener una piel hidratada y un aspecto más saludable.
• Evita los malos hábitos como fumar y beber alcohol. Al hacer ejercicios se oxigena la piel, se tonifica y se previene la flacidez.